Un matadero de vacuno necesitaba prolongar la vida útil de sus productos refrigerados para los envíos de exportación. Tras añadir la envasadora al vacío a su sala de despiece, el equipo selló al vacío los cortes primarios inmediatamente después del deshuesado. La pérdida por goteo se redujo del tres coma cinco por ciento al uno coma dos por ciento y la vida útil para la exportación se alargó de cuarenta y cinco a sesenta días. La planta envía ahora dos contenedores más al mes sin reclamaciones de calidad. La amortización se produjo en menos de diez meses gracias a un mayor rendimiento y a la reducción de los recargos por flete aéreo.